Planchas para asar Carne.

La cocina a la plancha es sana. Bueno, eso ya lo sabíamos, no? No hay contacto con la llama, cosa que debería prohibirse por insalubre, y los alimentos no se queman. Además se necesita poco aceite, con lo que cocinamos con menos grasa.

-Además de sana, la cocina a la plancha es sobretodo sabrosa! Claro que es sana, sanísima! Pero es sobretodo sabrosa e imaginativa. Al cicatrizar rápidamente los alimentos, éstos conservan sus jugos propios y naturales en su interior, concentra sus sabores y permite reencontrar el gusto auténtico de los alimentos.

-Es rápida y fácil de preparar. Eres el encargado/a de hacer el fuego? Entonces este mensaje es para ti. Llegas, enciendes, esperas 5 minutos y cocinas. No buscas leña, no enciendes el fuego, no esperas durante un buen rato, no preparas las brasas, no pasas calor, no te quemas....... Si eres quien prepara el fuego, sabes a lo que me refiero.

-Es rápida y fácil de limpiar. Además de hacer el fuego limpias las brasas? entonces no voy a explicarte lo que haces, si no lo que te pierdes... Acabas de cocinar, echas cubitos de hielo en la superficie de la plancha todavía caliente y como arte de magia los restos de comida se desincrustan. Ayudándote de una espátula vas rascando sin esfuerzo y ayudando al hielo a llegar a todos los rincones desincrustando toda la placa. Seguidamente limpias la placa ya casi limpia con agua y jabón, escurres, secas bien e impregnas la placa con una fina capa de aceite para protegerla hasta el próximo uso. La cubres bien con tu cubierta inoxidable para plancha y la funda de pvc, y a descansar!

La plancha, la nueva cocina que sustituirá nuestra antigua barbacoa. Rápida, sana, sabrosa y limpia, la cocina exterior del futuro.

Una verdadera plancha llega a una temperatura de 270-300º, lo quepermite asar los alimentos rápidamente. Esta temperatura permite cicatrizar el exterior de los alimentos lo más rápidamente posible para lograr mantener sus jugos internos y así disfrutar de alimentos sabrosos que se deshacen en la boca. Con temperaturas inferiores con otros aparatos de cocina, el alimento se cuece y no deja de expulsar su agua interior, por lo que al final queda duro y nada apetecible.